Peste negra
La peste o muerte negra
     
La peste es una enfermedad que tuvo su incidencia más     nefasta en el siglo XIV. Hacia el año 1348 la peste se extendió por  Europa durante     algunos años causando grandes estragos, matando a millones de  personas. En la actualidad,     se calcula que en tres o cuatro años llegó a matar entre la tercera  parte y la mitad de     la población europea de la época. Ello supuso un gran desastre  demográfico que marca     una interrupción en la historia: hay un antes y un después de la  peste de 1348.
     Esta enfermedad se conoce desde la antigüedad y  así la primera     gran epidemia de la que se tiene noticias tuvo lugar en el año 542  (d.C.), en los tiempos     del emperador bizantino Justiniano. Hubo otras grandes epidemias  como la ya citada del     siglo XIV o la de finales del siglo XIX, de forma que se calcula que  hasta 1904 había     causado 1.000.000 de muertos por año. A partir de esa fecha empieza a  disminuir     paulatinamente su incidencia y hacia 1945 prácticamente dejó de  tener importancia.
¿Cuál es la causa de la peste?
     En 1879 Pasteur propuso la hipótesis de que la  peste era causada     por un microbio que al transmitirse de unos organismos a otros  propagaba la enfermedad.     Pero el microbio era un completo desconocido y eso implicaba que  había que buscarlo;     pero, ¿dónde? Evidentemente la respuesta era que había que ir a  buscarlo allí donde se     encontrara la enfermedad y Alexander Yersin, un médico suizo, así lo  hizo. 
     En 1894 la peste se extendía por China y  Yersin con la ayuda de un     microscopio buscó en Hong-Kong al misteriorso microbio. Investigó la  sangre y el pus de     los infectados hasta que al final logró aislar un bacilo: el bacilo  de la peste (hoy en     día se le conoce como el bacilo de Yersin). Este descubrimiento  resultó crucial para,     posteriormente, ayudar a buscar una vacuna que acabara con la  enfermedad. Pero aunque este     descubrimiento resultó fundamental, faltaba una pieza muy importante  para completar el     puzzle y derrotar a la enfermedad, seguía sin saberse cómo se  transmitía.
     La transmisión de la peste
     El problema seguía siendo muy importante y  eran muchas las     preguntas que quedaban en el aire: ¿Por qué se producía el contagio?  ¿Cómo se     transmitía la enfermedad? ¿Por qué se propagaba tan rápidamente? ...
     A finales del siglo XIX se sabía perfectamente  que existían dos     tipos de peste: la peste neumónica y la peste bubónica. En el caso  de la peste     neumónica, que afectaba a las vías respiratorias, el contagio era  fácil de explicar: al     toser los enfermos emitían pequeñas gotitas de secreciones  bronquiales que podían ser     aspiradas por las personas que estaban cerca y de esa forma se  contagiaban de la     enfermedad. Pero en el caso de la peste bubónica la situación era  más compleja. Este     tipo de peste no afecta a las vías respiratorias y los bubones  axilares o inguinales no     eran contagiosos, ni siquiera por contacto directo. De hecho, en los  hospitales o en     lugares con unas mínimas medidas de higiene no se producían  contagios. Sin embargo en     los barrios pobres se transmitía con gran rapidez. ¿Qué es lo que  ocurría entonces?     ¿Cómo se propagaba este tipo de peste?
     
Ya desde muy antiguo se creía que la peste tenía algo     que ver con las ratas. En muchos lugares se había detectado que las  ratas empezaban a     morir masivamente un poco antes de que apareciera la epidemia en los  seres humanos.     Durante la epidemia de Bombay (India) en 1897 pudo comprobarse que  efectivamente la     epidemia en los humanos iba precedida por la epidemia de las ratas.  Pero, aunque se     supiera que las ratas tenían que tener un papel importante, ¿cuál  era ese papel? Una     pregunta difícil de contestar porque aunque se llegó a pensar que  podía ser que     transmitiera por mordiscos o arañazos, no parecía que la mayoría de  los infectados     hubieran sido mordidos o arañados por ninguna rata. Además, ¿cómo se  transmitía de     unas personas a otras? Los médicos llegaron a comprobar que mientras  un afectado por la     peste estaba enfermo no parecía que se contagiaran sus familiares;  sin embargo, una vez     que había muerto parecía que sus allegados empezaban a enfermar.  ¿Qué ocurría     entonces?